Este jueves comenzó un interesante proyecto que permite la interacción de estudiantes de Psicología de la Universidad de Congreso con la comunidad esteña, llamado "El mono enjaulado". El mismo tratará a través de la Comunicación, temas típicos que ocurren en la cotidianidad de nuestras vidas. El primer tópico analizado fue, "la infidelidad".
Dicho equipo de estudiantes, en conjunto con profesores de la UC y contando con el apoyo de distintos profesionales de esta disciplina, analizaron la encuesta semanal publicada en Diario2634, y llegaron a la siguiente conclusión:
A todos nos toca jugar un papel en el tema de la infidelidad en algún momento de nuestras vidas, ya sea el del amigo o amiga que debió consolar, el del tercero en discordia, el que fue engañado o el del infiel.
Cuando hablamos de infidelidad nos referimos socialmente a la ruptura de un contrato, un pacto entre los miembros de una pareja debido a una tercera persona.
Las parejas suelen establecer “las reglas del juego” previamente y, por lo general, éstas establecen exclusividad sexual y afectiva. Aclaramos que no nos ocuparemos en este análisis de las parejas que establecen otro tipo de contrato con condiciones diferentes, como los swingers o las relaciones abiertas.
Pero ¿cuándo hay infidelidad? La respuesta variará según las diferentes percepciones, algunos opinan que si no hubo sexo no hay infidelidad sin embargo otras piensan que el sólo hecho de fantasear con otra persona ya implica ser infiel.
Una infidelidad puede ir desde un encuentro casual de una noche hasta una doble vida con vínculos afectivos, sólidos y estables con ambas parejas.
Generalmente al hablar de infidelidad, solemos asociarla rápidamente al sexo masculino, pero nos sorprendieron los comentarios sobre el tema del Licenciado en psicología y terapeuta de parejas Federico Ojeda: “Probablemente haya más casos de hombres que de mujeres infieles, pero últimamente esto se está modificando debido a los grandes cambios sociales que estamos viviendo. El rol que ocupa la mujer en la sociedad y la forma en que las mismas sienten y viven su propia sexualidad ha cambiado, se están permitiendo vivir y disfrutar de su sexualidad como le plazca. Todo esto, para mí, se traduce en un aumento de casos de infidelidad en la mujer, sobre todo en las mujeres jóvenes.”
A pesar de que ahora las mujeres también se atreven a “ponerle los cuernos” a los hombres, se puede ver que ellos en todas las épocas y diferentes culturas han sido más propensos a cometer actos de infidelidad.
¿Qué nos lleva a ser infiel? Si estás leyendo esto seguro te preguntas qué es lo que nos hace pasar de estar súper enamorados y tener sólo ojos para él o ella a “tirar la chancleta” por un tercero que nos mueve el piso. Los motivos más comunes son: aburrimiento, búsqueda de nuevas emociones, vanidad o venganza. También influyen pensamientos cómo: “por una sola vez”, “no me puedo perder esta oportunidad” o “nadie se va a enterar”. Obviamente la lista continúa y continuará.
El hecho es que ser fiel, como decíamos al principio, tiene que ver con este pacto o compromiso, implica un importante voto de confianza en el ser amado. En la pareja, cada miembro expone sus ideas, creencias, valores y muchos sentimientos, a partir de todo esto se establecen las “reglas” respecto a la exclusividad. Al romperse este pacto las personas se sienten defraudadas, traicionadas o con el corazón roto.
A pesar de los resultados de las encuestas, los profesionales opinan que es difícil, pero no imposible reestablecer la confianza en donde se produjo una infidelidad. Obviamente va a depender de muchas cosas y de un gran esfuerzo por parte de la pareja. Pero al final cada uno es quien decide ¿No?.
¡Que viva el amor!