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La Selección Argentina de Fútbol, quien está realizando tareas pre competitivas en Barcelona, decidió no viajar a Jerusalém para disputar el encuentro amistoso programado con su par de Israel. Motivó esta decisión el proceso de enfrentamientos que mantienen en la Franja de Gaza y que Palestina reclama como un permanente hostigamiento por parte de la fuerza Israelí. Por su parte los anfitriones aseguran que a Argentina le ganó el miedo por encima de los compromisos asumidos con anterioridad.

Si bien la pérdida para AFA es de 2,5 millones de dólares por la presentación, agrupaciones defensoras de la causa Palestina y hasta el propio embajador en Argentina intervinieron para que el patido no se realice. La dirigencia argentina es consciente de lo complejo que resultaba viajar a un destino cruzado históricamente por las tensiones entre Israel y Palestina. De hecho, el Teddy Stadium, donde se iba a jugar el partido, está enclavado en una zona llamada Al Malha, parte de Jerusalén que está bajo control israelí desde 1948. Desde allí hasta la frontera con Gaza -epicentro del recrudecimiento del conflicto- hay menos de 70 kilómetros. Son tiempos violentos: el traslado de la embajada de los Estados Unidos a la ciudad, abierta el 14 de mayo, agravó la situación. Por ese lado avanzó Rajoub: "No es un partido de paz. Es un partido político que busca un lavado de cara de la ocupación fascista y racista", sentó posición sobre un encuentro que pondrá en juego la "Copa 70°aniversario de Israel", menciona un medio de comunicación palestino.

Por Rolo Moreno