El pasado jueves inició un interesante proyecto que permite la interacción de estudiantes de Psicología de la Universidad de Congreso con la comunidad del Este; “El mono enjaulado”. A través de la Comunicación, se afrontarán situaciones típicas de nuestras vidas. El primer tema analizado fue, “la infidelidad”, y el de esta semana es: ¡No quiero envejecer!
La iniciativa cuenta con un importante equipo de estudiantes, de la mano de profesores de la UC y el apoyo de profesionales de la Psicología.
En tanto, la encuesta comenzó a publicarse la pasada semana en 2634 Diario, y esta semana con el nuevo tópico abordado en el programa radial "El mono enjaulado", ¡No quiero envejecer!, por radio Latinoamérica 102.9, se llegó al siguiente resultado:
La primera arruga, la primera cana o la pérdida de vitalidad nos hacen chocar con una realidad que muchos queremos ignorar. Es cierto, es un hecho, estamos envejeciendo.
La vejez suele asociarse a palabras negativas como deterioro, enfermedad, muerte y sufrimiento. Es muy raro que se la relacione con bienestar, descanso y disfrute. Socialmente la imagen que se tiene hacia esta etapa de la vida se reduce a una mirada negativa, se la relaciona con pérdida. Pérdida de vitalidad, belleza, juventud, habilidades cognitivas posicionamiento en la sociedad, etc.
Para saber si la gente tiene temor a envejecer, los monos enjaulados realizamos una encuesta a través de las redes sociales. Nos alegramos y sorprendimos con la respuesta, la mayoría de la gente no le teme a la vejez.
Pero, ¿es realmente así? Ya que pareciera que nos encontramos en un punto de contradicción. Por un lado, decimos que aceptamos el envejecimiento, pero por otro nos dejamos guiar por el concepto impuesto por el capitalismo de belleza, plenitud y productividad. Esto nos lleva a demandar todos los recursos posibles para tratar de alejar las evidencias del paso del tiempo: gimnasio, dietas, tratamientos cosmetológicos y cremas milagrosas.
El verdadero temor, desde una mirada más filosófica, no es a la vejez sino a la soledad y la muerte. Esto se debe a que percibimos esta etapa de la vida como el principio del fin.
Los monos enjaulados creemos que lo importante es reconocer que la vejez y la muerte son dos fenómenos naturales, lo que podemos elegir es cómo queremos envejecer. ¡Todo es cuestión de actitud!
Lo ideal sería poder disfrutar sea la edad que tengamos. Aspirar a que podamos llegar a la vejez y una vez que nos encontremos allí, integrar la sabiduría de los años con la alegría de la juventud, es decir, tener planes, ser flexibles, aprender de lo que vivimos y transmitirlo. Disfrutar de la vida y no pensar en cuanto es lo que nos queda, si al fin y al cabo a todos nos llega en algún momento.**