Hasta la madrugada de este jueves el último conteo habló de 128 votos en contra, 126 a favor y una abstención.
El final está abierto todavía y nadie canta victoria, pero el rechazo al aborto legal está ganando la votación en la Cámara de Diputados. En un escenario cambiante y dramático, desde pasadas las cuatro de la madrugada el rechazo lleva ventaja mínima de 2 votos: 128 a 126, con una abstención. Estos números, proyectando los indecisos que aún quedaban. Y en ambos sectores en pugna reconocían la misma estimación.
El escenario varió porque hacia la 1.30 de la madrugada hubo un firme esfuerzo por torcer el voto de al menos dos legisladores de Cambiemos anotados “en contra” del proyecto.
“Vamos a acortar la lista de oradores, ya tienen la ley”, contaron que le dijo a una diputada opositora, el titular de la Cámara, Emilio Monzó. Hubo una ráfaga de euforia moderada entre los impulsores del proyecto de aborto seguro, ya que las cuentas no cerraron como para bajar oradores y apurar el trámite.
“Si no tenemos garantía total de ganarla no vamos a terminar el debate e ir a votar”, advirtieron.
Es que la leve ventaja en favor del aborto, tendencia que parecía indetenible, empezó a empardarse con el voto en contra del macrista tucumano Facundo Garretón, al que infructuosamente se intentó convencer de que volviera a su postura inicial a favor. Y proyectando otros 3 indecisos aparecía la ventaja del rechazo al proyecto: los formoseños Gustavo Fernández Patri e Inés Lotto, y el salteño Javier David.
La cuenta se empataba con el voto en contra del tucumano Facundo Garretón, al que infructuosamente se intentó convencer de que tomara otro rumbo. Y proyectando otros 3 indecisos aparecía la ventaja del rechazo: con los formoseños Gustavo Fernández Patri e Inés Lotto, y el salteño Javier David.
En la trinchera a favor del aborto legal ya contaban que sumaban a un indeciso, el fueguino Héctor Tito Stefani, y al radical José Luis Riccardo (para eso debía dejar la abstención que había anunciado en la tarde, y votar afirmativamente).
Abajo en la cuenta, para los impulsores de la legalización del aborto, lograr ausencias se convirtió en el aspecto clave. Trabajaban para que a la hora de votar, no estén sentados en sus bancas uno o más diputados anotados en lista “en contra” de la iniciativa, o sumar en esas filas más abstenciones que le permitieran tomar la delantera.