En la edición de esta semana “El mono enjaulado” abordó una temática que implica diversos aspectos de la comunidad actual: SELFIES. Aunque parezca una simple autofoto de nuestro rostro o cuerpo, implica un profundo análisis. Aquí, estudiantes de Psicología de la Universidad de Congreso junto a un equipo de profesionales, te cuentan que tan amplio es dicho tópico.
Las primeras preguntas de los monos es, ¿quién no ha subido o posteado alguna vez una foto de sí mismo, o como usualmente decimos una “selfie” en su cuenta de Instagram, Facebook o Twitter? Pero, ¿Nos damos cuenta del por qué? A continuación algunas reflexiones para compartir.
La palabra “selfie” se refiere a los autorretratos pero también a las personas que sienten la necesidad de publicarlos en sus redes sociales. La motivación surge con el fin de lograr la aceptación y aprobación de otros, conseguir “me gusta”, y lindos comentarios. Expertos en psicología advierten que exponer excesivamente la vida personal podría hablar de personas con baja autoestima y otros ven este fenómeno como un acto de vanidad, indicando cierto narcisismo. Publicar una foto en nuestras redes sociales y esperar a recibir “me gusta”, se transforma en un acto adictivo. La aceptación de los demás y la mirada del otro nos hace sentir que existimos.
En cuanto a esto, determinan que, si no se recibe la “aprobación” esperada comienza la angustia y la preocupación, y aparece la típica pregunta, ¿por qué no tengo tantos “me gusta”?. La persona comienza a hacerse ideas que muchas veces son equivocadas respecto de sí, pensando ¿“Hay algo en mí que está mal”?. A raíz de dichas incertidumbres, esta clase de pensamientos también son impulsados por la sociedad de consumo. Los reconocidos estereotipos de belleza impuestos por la moda y la publicidad se convierten en un ideal imposible de alcanzar. Y aquí, aparecen problemas respecto a la imagen y figura.
La propia imagen se distorsiona, las personas se ven con defectos, que quizás no tienen, que no logran soportan por el consumismo permanente de algo diferente y que supuestamente es el correcto.
Lo malo de esto, es que en su mayoría los más afectados son adolescentes y jóvenes, para tener solución recurren al gimnasio, a dietas muy estrictas que muchas veces ponen en riesgo su salud. Como si no fuera suficiente, la foto no puede ser subida sin antes haberle hecho los retoques necesarios: efectos y photoshop sin importar que el resultado quede bastante alejado de la realidad.
Luego de un trabajo profundo de investigación, y de llegar a ciertas reflexiones, Los monos aconsejan: “Lo cierto es que como sociedad debemos reflexionar, ¿se nos estará yendo un poco de las mano? Tomarse una foto de uno mismo no está mal, pero postear una cada cinco minutos. ¡Es para pensar!.
Fuente: Estudiantes Psicología UC