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En un mundo donde todos vamos y venimos, donde tenemos que hacer miles de cosas a la vez y en donde vivenciamos diversas situaciones que pueden llegar a desbordarnos, existe la posibilidad que se despierte en nosotros cierta ansiedad o depresión. En esta entrega del Mono Enjaulado desarrollaremos estos trastornos para que puedan llegar a ser detectados a tiempo.

Según la Real Academia Española, la ansiedad es definida como una emoción natural que comprende la reacción de los seres humanos ante situaciones que son consideradas amenazantes o negativas. Por ejemplo, experimentamos cierto nivel de ansiedad cuando nos ha tocado rendir un examen o hablar en público. Es importante aclarar que puede afectar a cualquier persona.

En el diario español, “El País” se abordó esta problemática, allí la psicóloga Iria Reguera contó cómo fue su experiencia con la ansiedad: “Si no la has sufrido, no sabes lo que es. Y esa es una de las partes más frustrantes para amigos y familiares, que no saben cómo ayudarte”.

La ansiedad puede tener varios síntomas, tales como pensamientos negativos muy usuales, sensación de taquicardia, mareos y vómitos. En muchas ocasiones la ansiedad puede derivar en trastornos: ataques de pánico, fobias, trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

Ante situaciones como pérdida de un empleo o de un ser querido se puede experimentar depresión, según la OMS es un trastorno mental muy frecuente y que en el peor de los casos puede derivar en un suicidio.

Existen dos tipos, trastorno afectivo recurrente y trastorno afectivo bipolar. La diferencia se da en la duración de los periodos depresivos, es decir, que alguien que padece trastornos depresivos recurrentes va a tener repetidos episodios depresivos y si estos episodios se prolongan en el tiempo puede llegar a afectar las actividades sociales y laborales de la persona. En cambio, alguien con trastorno afectivo bipolar va a experimentar episodios maníacos y depresivos separados por intervalos donde su estado de ánimo va a ser normal.

Los síntomas más comunes en la depresión son pérdida de interés, incapacidad de disfrutar, reducción de la energía, alteración del sueño y del apetito, sentimientos de culpa y baja autoestima.

Ahora bien ¿Se puede curar la ansiedad o la depresión?

Hoy en día existen más posibilidades de superar cualquier tipo de crisis ya que hay diferentes métodos y herramientas. Algunas que pueden tratar la ansiedad con éxito son las farmacológicas y otras, son técnicas cognitivo-conductuales las cuales dotan a la persona de habilidades para controlar la ansiedad.

En cuanto a la depresión hay tratamientos eficaces, algunos son ofrecidos por tratamientos psicológicos cara a cara y con antidepresivos cuando se trata de casos con depresión grave.

Como decíamos al inicio, todo el tiempo pasamos por muchas circunstancias que van a tener un efecto en nosotros que puede ser positivo o negativo, el caso es que podamos hablarlo y buscar ayuda porque a todos nos puede pasar.

Fuente: Estudiantes de Psicología de la Universidad de Congreso