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Los tratamientos de las enfermedades reumáticas crónicas, tales como la artritis reumatoidea, la artritis idiopática juvenil, la espondiloartritis axial o la artritis psoriásica, tienen como objetivo general controlar las manifestaciones articulares y extraarticulares de las mismas y detener el curso de la enfermedad para evitar un daño irreversible.

La Organización Mundial de la Salud define la adherencia terapéutica como el grado en el que la conducta de un paciente se corresponde con las recomendaciones acordadas con el profesional sanitario, en relación con la toma de medicación, el seguimiento de una dieta o la modificación de hábitos de vida.

En el ámbito de las enfermedades reumáticas crónicas, la falta de adherencia al tratamiento supone un problema frecuente y responde a múltiples causas generalmente relacionadas entre sí. Entre las principales se incluyen el grado de conocimiento sobre la enfermedad y el tratamiento prescrito, las creencias  del paciente con respecto a su enfermedad y al tratamiento propuesto, la complejidad de los tratamientos y la relación del paciente con el equipo tratante.

“Para mejorar las tasas de cumplimiento hay que transmitir, de forma adecuada y comprensible para el paciente, la información sobre la enfermedad y su gravedad, el objetivo del tratamiento que tiene que seguir, la dosis exacta, frecuencia de administración y la duración de la terapia”, aseguró la Dra. Alejandra Babini, Jefa de reumatología del Hospital Italiano de Córdoba y ex Presidenta e integrante de la Sociedad Argentina de Reumatología Babini.

Los tratamientos de las enfermedades reumáticas crónicas, ajustados a las necesidades del paciente y a su vida diaria, tienen como objetivo general controlar el dolor, las manifestaciones articulares y extra-articulares de las mismas y detener el curso de la enfermedad para evitar un daño articular irreversible (deformaciones y discapacidad).

Según explicó el Dr. César Graf, Vicepresidente de la Sociedad Argentina de Reumatología,  “el objetivo actual en reumatología es lograr la remisión, es decir, controlar totalmente la enfermedad. Esto significa que no progrese ni genere más daño articular a través del tratamiento consensuado entre paciente y reumatólogo. Mantener la remisión requiere de un alto grado de compromiso por parte del paciente para no perder la constancia, tanto en a los controles como en la toma de medicación.”

En este tipo de patologías, como la artritis reumatoidea, la artritis idiopática juvenil la espondiloartritis axial o la artritis psoriásica, el sistema inmune deja de reconocer nuestros tejidos y, en consecuencia, produce una respuesta inflamatoria defensora asociada con el dolor, la hinchazón y la rigidez en las articulaciones. Si las mismas no son tratadas a tiempo y de forma sostenida, producen destrucción de las articulaciones, discapacidad física y pueden comprometer otros órganos del cuerpo impactando negativamente en la calidad de vida del paciente.

“Hace aproximadamente 20 años veíamos diez sillas de ruedas en la sala de espera. Hoy, gracias a la difusión de información, los pacientes entienden la importancia de consultar al reumatólogo ante los primeros síntomas para recibir un diagnóstico temprano y así, un tratamiento adecuado. Sin embargo, no debemos dejar de insistir en la importancia del cumplimiento terapéutico para prevenir daños irreversibles”, concluyó la Dra. Babini.

Fuente: Medios