TAF

Las ventas de combustible cayeron 4,5% en enero, condicionadas por las subas de precios y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Es que tanto la nafta como el gasoil se han incrementado en los últimos meses de la mano del dólar, mientras los sueldos han avanzado a un ritmo mucho menor.

De acuerdo con estadísticas publicadas por el Ministerio de Energía de la Nación,en enero de 2019 se vendieron 82.416 m³ de combustible en Mendoza, 3.853 m³ menos que lo que se vendió durante el primer mes del año anterior. La caída más fuerte se dio en el expendio del combustible de mayor octanaje (-20% en nafta premium). También fue negativo el resultado del gasoil común (-5,6%), mientras que el gasoil premium y la nafta súper repuntaron 2% y 3,4% respectivamente.

En meses anteriores la retracción de la nafta de mayor calidad también había sido llamativa, pero los números mostraban con claridad que quienes abandonaban ese combustible, pasaban a comprar la versión súper. Eso le permitía a los estacioneros reducir el impacto a la baja de ventas.En esta oportunidad la realidad es otra. Según la Asociación Mendocina de Expendedores de Nafta y Afines de la provincia (Amena) el traspaso de un combustible a otro no fue suficiente para explicar la caída general en las ventas.

Esto último se puede confirmar si se analizan en detalles los números del Ministerio. Según los datos oficiales, las ventas de nafta premium se redujeron 2.453,45 m³ en enero y si bien las de súper crecieron, apenas se incrementaron 680,5 m³ . Entonces, los 1.772 m3 restantes, simplemente dejaron de consumirse.

Qué pasa en el mercado

Economista consultados por Los Andes analizaron las estadísticas y coincidieron en que los números reflejan la pérdida de poder de compra de los salarios frente a la inflación.

“El aumento de los combustibles, que ha sido constante desde hace dos años, ha impactado de manera considerable el mercado”, explicó el economista de Evaluecon, José Vargas. “La caída en la actividad económica también se suma a los precios como otro factor para explicar la caída. La semana pasada, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) mostró una caída del 5,6% interanual, con lo cual los dos factores terminan insistiendo de manera considerable en el nivel de ventas”, explicó el especialista.

El economista Pablo Salvador coincidió con Vargas y sumó que la aceleración del precio de los combustibles se dio con cada aumento del precio del dólar, mayormente en los meses de abril, junio, y agosto del año pasado. Estos incrementos repercutieron en las ventas de enero, a pesar de que ese mes se registró una leve disminución del valor de los destilados (-1,2% promedio).

Tendencia negativa

Según explicaron desde Amena, la caída del volumen comercializado comenzó a notarse en agosto del año pasado, después de que el segundo golpe de la devaluación se trasladara al precio de los combustibles. Ese mes se produjo una caída de ventas del 1,21% en las estaciones de servicio de Mendoza y la tendencia se mantuvo e incluso se incrementó hasta la fecha.

“Las estaciones no fijan precios, es un traslado directo de la petrolera. Tienen mayor libertad las estaciones de bandera blanca, pero una vez que YPF fija sus precios, el resto se tiene que ajustar a ellos para poder vender, porque dominan el 75% del mercado”, comentaron.

Desde la Asociación señalaron además que la caída en el volumen comercializado de gasoil común (-5,6%) responde principalmente a una menor demanda por parte del rubro transporte de cargas internacional. En tanto, las versiones premium de nafta y gasoil, que venía creciendo a un ritmo del 15% anual, comenzaron a tener algunos meses de estancamiento y otros de caída por el menor consumo de los “vehículos de calle”.

No repunta el GNC

El GNC viene mostrando caídas en las ventas, a pesar de ser un sustituto mucho más económico para las naftas y el gasoil. Según explicaron desde Amena, se ha perdido un 25% del mercado de gas natural comprimido desde marzo de 2016 a la fecha, pasando de 12 millones de m³ a los 9 millones de m³ actuales.

En parte esto se debe a que cada vez hay menos autos que andan a gas. Habían 139.968 vehículos con GNC en 2016 y hay 120.632 hoy.

Se buscan opciones para no usar el auto

El aumento del combustible que incide directa e indirectamente en todos los productos de la canasta básica, aparejado a la caída del salario real (-14,5% de diciembre de 2017 a diciembre de 2018) llevó a muchas familias a recortar gastos y el uso frecuente del auto es uno de ellos.

Según contó Pablo de Capital (32), quien posee un vehículo de entrada de gama, por mes llegaba a cargar tres tanques de combustible y pagaba más de $ 1.800 por cada uno de ellos. Tras los aumentos se propuso no usar más de un tanque y ahora se dirige al trabajo en bicicleta o en transporte público. “Se usa un solo tanque por mes y si no alcanza, se va de otra forma, o no se va”, comentó.

En el caso de Gabriel (34) la opción para reducir el costo fue compartir el gasto en combustible con sus compañeros de trabajo. “Dividimos el gasto entre cuatro compañeros de trabajo. Por suerte vivimos todos relativamente cerca y alternamos el uso de los autos”, explicó.

Igualmente, Julieta (28) contó que comenzaron el año coordinando horarios con su familia para salir y volver todos juntos, pero ahora “el vehículo quedó estacionado en casa y se usa solo el fin de semana”.

Fuente: Diario Los Andes