Con 77 años, tendido en la cama de un hospital en el condado de Kings, California, murió Rodney James Alcalá, un hombre al que se lo condenó por 7 asesinatos pero que sería autor de otros 130, todos ocurridos en Estados Unidos.
Alcalá murió a la 1:43 am del 24 de julio de 2021, hora de California pero, si hubiera superado sus problemas físicos, se lo habría ejecutado ya que esperaba su turno en el corredor de la muerte junto a otras 700 reclusos que aguardan el mismo final en ese estado.
Era conocido como el "asesino del juego de las citas". Los cronistas policiales, desde el mismo inicio del género periodístico, han tomado la costumbre de apodar a los criminales más notorios con el único fin de nombrarlos más fácilmente en las secuelas informativas y hacer más atractivas sus notas. En el caso de Alcalá, realizaba una especie de conquista de sus víctimas, para después secuestrarlas y matarlas. Además fue principal atracción de un programa similar al “Yo me quiero casar, ¿y usted?”, que conducía Roberto Galán en la televisión argentina.
En 1979 el reality “The dating game” era un exitoso programa de la TV estadounidense. Era un concurso de citas donde una mujer elegía a su futura pareja entre tres candidatos. Alcalá era la gran estrella del programa. Lo que ignoraba la producción del programa y el público era que Alcalá ya había sido condenado por violar a una menor y, a esa altura de su vida, ya había asesinado a al menos 4 mujeres.
Recién en 2010 Alcalá fue sentenciado a muerte por cinco homicidios, todos ocurridos entre 1977 y 1979, aunque las autoridades estiman que podría haber matado a 130 mujeres y niñas en diversas partes del país.
Su verdadero nombre era Rodrigo Jacques Alcalá Buquor y había nacido en San Francisco.
En 1968 Rodney secuestró a la pequeña Tali Shapiro en plena calle. La subió a su coche y la llevó a un departamento en Hollywood. Una vez en el interior de la vivienda, golpeó brutalmente en la cabeza a la menor. Tras violarla de forma salvaje y provocarle una grave hemorragia vaginal, Alcala huyó.
Como las autoridades lo estaban buscando, Alcalá se mudó a Nueva York, cambió de nombre haciéndose llamar John Berger y se matriculó en la universidad para estudiar cine con el mismísimo Roman Polanski. De hecho, el criminal fue uno de los alumnos más aventajados del cineasta.
En 1971 cometió su primer asesinato. Violó, estranguló y mató en su departamento de Manhattan a la azafata Cornelia Crilley, de 23 años. La Policía no consiguió reunir pruebas para encontrar al culpable hasta pasados cuarenta años.