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Germán Andrés Cassina, de 38 años, quien vino a vivir hace más de dos años a la provincia. Se comunicó por última vez con su familia a principios de diciembre y no tuvieron más noticias sobre él. Dejó parte de sus pertenencias en una pensión de Ciudad.

Cassina  abandonó su Rafaela natal para establecerse en Mendoza a fines de 2019, con la ilusión de vivir en alguna comunidad montañesa, un sueño que había buscado durante un largo tiempo.

Sin embargo, la llegada de la pandemia del coronavirus complicó sus planes y lo dejó sin trabajo. Desde hace más de un mes dejó de comunicarse con su familia y abandonó la pensión en la que residía, dejando gran parte de sus pertenencias.

Desde la citada ciudad santafesina, su familia sigue con incertidumbre su búsqueda, que comenzó la semana pasada después de que la propietaria del lugar en que estaba alojado radicara la denuncia de paradero en la Oficina Fiscal Nº13 de la Comisaría Cuarta, en Ciudad.

En el caso intervino el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello, que ahora está siendo subrogado por su par Andrea Lazo durante la feria judicial.

Su madre, Mirta Schvap, reveló que se comunicó por última vez con Germán el 15 de noviembre del año pasado, mientras que su otro hijo, de 22 años, lo contactó el 9 de diciembre. Desde ese entonces, no volvieron a tener noticias sobre él.

La mujer relató que su hijo llegó a Mendoza en diciembre de 2019, época en la que consiguió trabajo en una conocida cadena de supermercados local. Con la llegada de la pandemia y la cuarentena a mediados de 2020, desde la empresa lo desvincularon y quedó desempleado.

Sin un trabajo estable, pero arreglándose como pudo, Germán siguió viviendo en una pensión de Ciudad y mantenía vivo el objetivo de reunir dinero para establecerse en alguna comunidad de alta montaña.

Pese a que Cassina no cuenta con redes sociales y ni siquiera utilizaba WhatsApp (se manejaba con Telegram), se mantenía comunicado periódicamente con su familia, principalmente con su hermano, con quien mantenía un fuerte vínculo.

Por ese motivo, a sus familiares les llama la atención que haya dejado de llamarlos de un día para el otro. Incluso, su madre aseguró que, en caso de irse a vivir a la montaña, les hubiese avisado previamente, ya que se trata de una zona en la que no iba a contar con internet ni señal para su celular.

Luego de varias semanas, la semana pasada, una mujer a cargo de la pensión en la que vivía Germán se comunicó con su madre. Le explicó que su hijo había abandonado su habitación, la había dejado cerrada y tenía casi todas sus pertenencias en el interior.

Cuando policías realizaron una medida judicial en el lugar, constataron que sólo faltaba su celular, el cargador, su DNI y un morral que llevaba a todos lados. Los efectivos secuestraron un CPU, una netbook y discos duros, elementos que serán peritados en busca de pistas que conduzcan al paradero del santafesino.

Pese a eso, por el momento las pistas son escasas. A la distancia, Mirta pidió que se agilice la investigación para dar con su hijo: “Deberían averiguar en las empresas de colectivos, en la Terminal o rastrear su celular”, indicó.

Más allá de quedar con graves secuelas tras contraer COVID-19, que le provocó complicaciones a nivel cerebral y lagunas mentales, la mujer se muestra activa y en permanente contacto con los detectives del caso, así como también en las redes sociales, donde publica diariamente pedidos de ayuda para encontrar a Germán.

Fuentes allegadas a la búsqueda describieron que Cassina mide aproximadamente 1,70 metros, tiene ojos marrones, cabello castaño claro, tez blanca y tenía un tatuaje en un brazo. Ante cualquier información, las autoridades y sus familiares solicitaron a la ciudadanía que se comuniquen con la línea de emergencias 911 o al teléfono 349-2568356.

Fuente: Diario El Sol