Boca fue de mayor a menor. Con un correcto primer tiempo y una floja segunda mitad le alcanzó para ganarle 1 a 0 San Lorenzo y consagrarse en el Torneo de Verano. Luis Vázquez, sobre el final del primer tiempo, marcó el único gol del encuentro.
El partido no tuvo demasiadas situaciones de gol claras, aunque en la primera parte sí tuvo muchísima intensidad y un rigor físico impropio de un partido amistoso. Ambos equipos corrieron, trasladaron en exceso la pelota y, en consecuencia, chocaron y generaron fricciones.
En ese esquema la intención de Boca fue un tanto más protagónica. Eduardo Salvio y Juan Ramírez fueron quienes se tiraron atrás, cerca de la zona de Alan Varela, para agarrar la pelota y llevarla hacia adelante, con la velocidad y el buen manejo que tienen, pero, a veces, con poca predisposición para la descarga y excesos de individualidad.
Del lado de San Lorenzo la cuestión fue diferente. El equipo de Pedro Troglio cedió pelota y terreno, pero mostró una voracidad grande por recuperar la pelota una vez que el rival cruzaba la mitad de la cancha. Además, sus delantero se mostraron muy predispuestos a salir rápido para que, en caso de recuperar, los lanzadores tuvieran a quien dársela enseguida, siempre salteando líneas.
El partido era interesante pero sin peso en las áreas, hasta que, sobre el final, el conjunto de Sebastián Battaglia tuvo las únicas dos oportunidades y en una abrió el marcador. Primero, el joven Exequiel Zeballos hizo revolcar a Sebastián Torrico con un buen tiro libre. Un minuto después. Vázquez tuvo la suya y no la desaprovechó. Tras un tiro de esquina fallido, Gastón Ávila volvió a meterla en el área y el centrodelantero, pese a que estaba pasado, retrocedió y con un cabezazo le cambió el palo al arquero para poner la ventaja.
Boca, que era levemente superior, se adelantaba sobre el cierre de la primera mitad, de la mano de un juvenil que parece tener todo para transformarse en una pieza fundamental del equipo, a pesar de que ahora, evidentemente le será más difícil jugar, a partir de la llegada de Darío Benedetto.
En el complemento el juego siguió áspero y no mejoró en cuanto a calidad. El Xeneize se relajó con el resultado a favor, bajó el ritmo y se despreocupó de la pelota. El Ciclón, ante la necesidad, se hizo cargo de la tenencia, pero quedó claro que no se siente del todo cómodo con ese tipo de propuesta y nunca pudo generarle muchas situaciones.
De todas maneras, con su excesivo retroceso el conjunto de La Ribera jugó demasiado al límite. Tanto que el Cuervo pudo empatar el partido con un remate de Nicolás Fernández Mercau que se desvió en Nicolás “Uvita” Fernández, pero el tanto fue correctamente invalidado por un fino fuera de lugar.
Cuando quedaba menos de un minuto del adicionado, otra vez Fernández Mercau, el más talentoso del equipo de Troglio, se tiró hacia la derecha, empezó a encarar hacia adentro y sacó un gran remate, pero Agustín Rossi anticipó la intención, dio un paso hacia el segundo palo y sacó una pelota bárbara.
El conjunto de Battaglia consiguió quedarse con el campeonato. Obviamente, por el carácter amistoso del mismo, lo más importante son algunos niveles individuales que pueden perfilarse para dar pelea entre los titulares o como recambio, como Zeballos, Vázquez o hasta Gabriel Aranda. El equipo, en sí, sigue en la búsqueda de una idea que no termina de quedar clara. Boca tiene momentos de buen fútbol, pero con libretos bastante distintos, por lo que todavía no ha adquirido una identidad.
Por redacción