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Marcelo se cayó del “sistema”. Se quedó desempleado y el 12 de mayo lo desalojaron de la casa que alquilaba. Ahora vaga en la calle y esta noche él, su mujer, sus dos hijas y su nieta discapacitada de 3 años, pasarán la noche en la calle, porque no ha logrado conseguir un auxilio urgente de los organismos del Estado para poder cubrir la situación por estos días.

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Marcelo Flores tiene 45 años. Es del norte, de Tucumán, pero hace 25 años vive en San Martín con su mujer, Karina Herrera (45), sus hijas Daiana (17) y Johana (24) y su pequeña nieta Azul, de 3 años, que es discapacitada.

Marcelo se quedó sin trabajo hace un par de meses y se le hizo imposible seguir pagando el alquiler de la casa donde vivía, en el Barrio San Pedro, y dejó la vivienda.

-Me alojaron en unas cabañas por tres días, pero después otra vez quedé sin techo”, relata, haciendo referencia a una respuesta provisoria que le dio la comuna.

Marcelo Flores, aprovechando su oficio rural, se dedicó a hacer changas como podador y logró cubrir el alquiler diario de una casa en el callejón Menacho. “Era de $4.000 al día, pero no tenía muchas opciones”, recuerda.

Claro, el ingreso no alcanzaba a cubrir semejantes egresos y “a pesar de que los dueños de ese lugar tuvieron muy buena predisposición, me tuve que ir también porque la deuda que iba acumulando era cada vez mayor”.

En problema principal del obrero en este momento es que puede cubrir los gastos de alquiler con su trabajo y también el aporte de su hija mayor y la pensión que recibe la niña discapacitada, pero no “califica” para las exigencias de un contrato formal, que pide recibo de haberes y garantes.

Incluso dice que “tengo un garante, pero me exigen dos”.

Durante este lunes 11 Marcelo y su familia estuvieron en el área de Acción Social del municipio de San Martín, “pero dicen tramitarán un subsidio para cubrir los gastos anteriores que no pude cancelar, pero que no hay nada que puedan hacer para que no tengamos que dormir en la calle hoy y los días que siguen”.

Sostiene que solo “me ofrecieron albergarnos por separado en la ciudad de Mendoza, pero mi nietita discapacitada tiene tratamiento en San Martín y yo tengo trabajo y referencias acá, por lo que irnos a Mendoza es imposible”.

Marcelo Flores, su mujer, sus hijas y su nieta, dormirán esta noche en la calle. Y mañana. Y pasado mañana. Mientras tanto, esperan algún auxilio que les ayude a resolver los problemas de hoy. Porque Marcelo trabaja, se esfuerza, pero sus condiciones no encajan en las exigencias de un sistema duro e insensible.

 Teléfono de Marcelo: 2635 019240