El Consejo Asesor del Banco de Vinos de Mendoza celebró su 13ª reunión. El organismo, que fue creado con el objetivo de estabilizar los ciclos de precios del mercado de traslado de los productos vitivinícolas y lograr una justa distribución de la renta entre todos los eslabones de la cadena productiva, analizó la proyección de los stocks vínicos y de los precios de los productos vitivinícolas, haciendo hincapié en la caída de las exportaciones de vinos y mostos derivadas del retraso cambiario y sus posibles consecuencias de cara a la cosecha 2023.
Alfredo Aciar, director ejecutivo del organismo, comentó: “Tanto el Instituto Nacional de Vitivinicultura como el Banco de Vinos y las entidades privadas que forman parte de nuestro Consejo Asesor arribaron a las mismas conclusiones respecto de las estimaciones del stock vínico a la próxima liberación de los vinos elaborados con la cosecha 2023. Esta cifra está en el orden de los seis meses de comercialización.
Hay una retención muy fuerte por parte de los oferentes de vino en Mendoza. Los actores del mercado no quieren vender sus productos a los precios que rigen actualmente. Esta situación se fundamenta en el atraso cambiario y la expectativa de devaluación que hay en la economía argentina y en las elevadas tasas de descuento del mercado financiero. Estamos con tasas de descuento efectiva que rondan el 80% anual”, remarcó el funcionario.
“Por estas razones, los consejeros decidieron por unanimidad que el Banco de Vinos no intervenga tratando de captar depósitos en vino, más allá de que el nivel de stock supera los 5 meses que establece la ley, debido a que se puede observar una retención por encima de los niveles históricos, dadas las expectativas sobre las variables macroeconómicas. Hoy una potencial intervención no tendría efectos en el mercado, teniendo en cuenta el contexto descripto”, explicó.
Por otro lado, Aciar comentó que, de forma unánime, el Consejo Asesor decidió redactar una nota expresando la necesidad que tiene la industria de una corrección del tipo de cambio, ya sea que el Gobierno lo haga en forma generalizada o específica, como el caso del “dólar soja”, fundamentando esta solicitud en los efectos perniciosos que tendrá en el corto plazo la significativa caída de las exportaciones de vinos y mostos.
Por redacción