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Los más afectados son niños de 3 a 7 años. Los virus de la influenza A y B son los que más circulan en la provincia.

El hospital pediátrico Humberto Notti se encuentra con una ocupación de camas superior al 90% como consecuencia del aumento de las enfermedades respiratorias, con mayor circulación de dos tipos de virus de la influenza: A y B. Los más afectados, los niños de 3 a 7 años. 

Una situación que, a decir de los especialistas, es extraordinaria para esta época del año y que guarda relación directa con los coletazos de la pandemia.

Pese a que desde la Dirección General de Escuelas indicaron que no se ha registrado en las escuelas de la provincia una suba significativa de las inasistencias, desde el nosocomio pediátrico sostuvieron que en las últimas dos semanas se incrementaron las consultas por cuadros virales.

La sintomatología está marca por fiebre alta, de 39º a 40º, que puede durar de 3 a 7 días.

Un escenario que sigue generando preocupación en los padres y que derivó en especulaciones y cadenas falsas de WhatsApp donde se alertaba que el actual estado epidemiológico de la provincia era generado por agua contaminada. 

Laura Piovano, subdirectora asistencial del Notti, refirió que diariamente se atienden por guardia entre 500 a 700 consultas, aunque la semana pasada hubo picos de 750, lo que derivó en la suspensión de cirugías programadas.

“Ha habido en las dos últimas semanas un incremento de la consulta en la guardia por enfermedades respiratorias. Se hacen los estudios pertinentes y son todos cuadros virales”, dijo la médica.

Y agregó: “Estamos medio fuera de época, pero esa situación son coletazos que nos va dejando la pandemia. Cuando el coronavirus tenía supremacía, los virus habituales respiratorios desaparecieron y ahora que el Covid-19 está controlado, con muy pocos casos, estos surgieron como han podido, haciéndose notar en esta temporada”.

Guardias al borde

De acuerdo con la información suministrada por el nosocomio, los virus que circulan son de los de la gripe: influenza A y B, y otros que provocan resfriado, laringitis o bronquitis, como la parainfluenza, sincitial y en menor medida los adenovirus.

“Hay que tener en cuenta que estos virus producen diarrea y otros cuadros intestinales”, dijo Piovano.

En este sentido, explicó la segunda semana de noviembre, hubo un pico de consultas, unas 750 diarias, y se tuvieron que suspender las cirugías programadas, que fueron retomadas este lunes.

“Nos vamos manejando en el día a día, con las camas disponibles. Vemos también chicos con cirugías programa que se resfrían, por ejemplo, y tenemos que suspender. Estamos con ocupación alta, por arriba del  90%, pero nos da un margen para atender urgencias”, detalló. 

Y aclaró:  “En todas partes del mundo, lo ideal que uno espera es que un centro asistencial tenga una ocupación de camas cercana al 85% porque significa que se están ocupando los servicios en su expresión óptima”.

Las señales de alarma

La profesional de la salud precisó que en octubre fallecieron niños por estas afecciones, pero tenían patologías de base que agravaron su cuadro. 

“Los signos de alarma son claros: falta de apetito, que no puedan dormir, que respiren con dificultad y la fiebre sea incontrolable a pesar de los antitérmicos”, enumeró Piovano e indicó que si esto se da en niños menores de un año se debe consultar rápidamente a un profesional, además si a estos síntomas se suma boca seca por la falta de líquido y manchas en la piel.

Al analizar la situación epidemiológica, explicó que la falta de vacunación contra la gripe pudo haber incidido, sumado al relajamiento después de la pandemia. “Yo creo que es una sumatoria de cosas”, dijo y pidió a la población volver a aplicar las medidas de prevención como lavado de manos, uso de alcohol en gel y barbijo en espacios cerrados.