La organización trabaja diariamente para el desarrollo y crecimiento de niños y niñas en un contexto más propicio.
AVOME es una organización que trabaja para el desarrollo y crecimiento de los niños y niñas en un contexto adecuado y propicio para su formación física, emocional e intelectual y hoy cumple 50 años acompañando a los infantes de Mendoza.
Las ideas directrices que motorizan su trabajo diario son:
- El amor a los niños es el motor del accionar
- Se acepta a la persona como ser integral
- Se valora a la familia y a la comunidad
- Se promueve el ideal de la unidad y de la solidaridad, se reconoce a la persona como ser de encuentro y a la generosidad como condición indispensable para lograrlo
- Se aborda la realidad con esperanza
- Se propicia la visión interdisciplinaria de la realidad y el trabajo en red.
Para cumplir con su misión de acompañar a niños y sus familias en su desarrollo y superación personal y proteger sus derechos en especial el derecho a la familia y a la educación, cuenta con cuatro programas de trabajo: Centro de promoción social y familiar, Programa de Familia Temporaria, Programa “Unión y Solidaridad para una Vida Mejor” y Jardines Maternales.
Desde los primeros años de su fundación, el 4 de octubre de 1971, el centro de su razón de ser fueron y serán los niños, particularmente aquellos separados de la vida familiar.
AVOME cuenta con el seguimiento y supervisión de la Dirección de Cuidados Alternativos, de la Dirección General de Protección, dado que ha firmado un convenio que marca los lineamientos de trabajo, hasta la restitución de sus derechos.
Trayectoria
Su primer lugar de accionar fue la Casa Cuna del Instituto 20 de Junio, que reunía una numerosa población de niños/as, desde recién nacidos hasta los seis años. Un cuerpo de voluntarios asistía un mínimo de tres horas semanales con el fin de dar siempre a los mismos niños/as, un trato afectuoso y personalizado a fin de crear una relación de afecto y amistad.
De 1984 a 1988, realizó la Experiencia de atención personalizada para niños y niñas de cero a cuatro años, que permitió explorar la forma de mejorar la atención de pequeños institucionalizados y así promover su desarrollo evolutivo y emocional.
A partir de 1989 se equiparon Pequeños Hogares con la finalidad de reunir grupos de hermanos, que habían sido separados e institucionalizados según su sexo o su edad, con el objetivo de preservar el afecto entre ellos. Esta experiencia se mantuvo durante doce años con éxitos y también con dificultades, pero sin dudas en mejores condiciones que las de macro-hogares.
En 1998 se realizan las primeras experiencias de acompañar niños/as en familias de acogimiento; familias que incorporaban a su vida de hogar niños/as hasta que su situación legal fuera resuelta. En ese momento, AVOME se hizo cargo de la población de toda Casa Cuna, no del aspecto alojamiento sino de trabajar en el acercamiento de los niños/as a sus familias biológicas y acortar sus internaciones. Por este programa pasaron más de 2.000 niños/as.
Durante esos años se buscó crecimiento mediante jardines maternales y apoyos educativos, tres en la actualidad. Allí se atiende y acompaña tempranamente a los niños/as junto a sus familias en la maravillosa tarea de lograr el desarrollo del potencial que cada niño/a trae consigo.
Desde 2000 se asume el desafío en gestión asociada con el Gobierno de Mendoza y desde hace cinco años AVOME se hace cargo del programa de acogimiento familiar en la provincia, llamado Programa de Familia Temporaria. Lo realiza hasta mediados de 2019 solo en los departamentos del Gran Mendoza y a partir del segundo semestre de 2019 se extiende a la zona Este. En 2020 se traslada al Valle de Uco.
Actualmente, los programas y proyectos socioeducativos de AVOME apuntan a contener y educar a niños y jóvenes sin separarlos de su familia y a fortalecer el vínculo afectivo entre hijos y padres. Se considera a la educación como la gran herramienta para promover el bienestar de las personas, cualquiera sea su edad, y la familia como ámbito natural de desarrollo de niños, niñas y adolescentes.
¿Qué es una familia temporaria?
Son familias que voluntariamente se ofrecen a acoger en su seno a niños y niñas que, por medidas de protección excepcionales tomadas por los Equipos Técnicos Interdisciplinarios, Dirección General de Protección, no pueden seguir conviviendo con sus familias biológicas por muy diversas razones y por tiempos que varían en cada caso.
Se trata de familias que no presentan lazos de parentesco con el niño o niña y que se abren a la posibilidad de brindarle un ambiente familiar por un tiempo hasta que se resuelva la situación legal del niño. Es claro que la familia temporaria tiene un carácter transitorio y no deben estar inscriptas en el Registro Provincial de Adopción.
La finalidad de la familia temporaria es ser una alternativa que evite la institucionalización del niño o niña. Ejerce un rol de cuidado y posibilita al niño o niña el pleno disfrute de sus derechos. Se les ofrece a estos niños o niñas un modelo de vida familiar y la oportunidad de crecer y desarrollarse en un entorno familiar seguro y responsable. Mientras el niño permanece en familia temporaria, escribe una pequeña pero importante parte de su libro de vida. La neurociencia muestra que esta experiencia le aporta nutrientes psíquicos y afectivos que lo fortalecen y a los cuales el menor puede recurrir en cualquier etapa de su vida.
Se considera al paso del niño por la familia temporaria como un capítulo más de su vida, una etapa que quedará inscripta en su interior y que lo acompañará y posibilitará nuevas etapas futuras en un ambiente familiar definitivo. Durante dicha estadía, la familia temporaria debería focalizar y centrar su mirada en el niño o niña, posibilitando en el pequeño su desarrollo biopsicosocial y el reconocimiento de su propia particularidad.
Sin embargo, es importante remarcar la existencia de una dificultad que comienza a manifestarse tanto en el pequeño como en la familia temporaria, a medida que comienza a prolongarse de manera excesiva la estadía del niño en dicha familia. Es decir, cuando dicho capítulo y paso del niño por familia temporaria no logra resolverse ni llegar a su fin y no se da comienzo a una nueva etapa.
En 2019 transitaron por el programa 59 niños/as ubicados en 39 familias temporarias. Comparado con 2018, cuando se registró trabajo con 53 niños/as y 42 familias temporarias, y en 2017, un total de 41 niños/as y 23 familias temporarias. Se observa entonces un incremento importante en el número de niños y familias temporarias. Esto lleva implícito un mayor trabajo y compromiso del equipo profesional.
Es importante saber que tomando también los últimos tres años, en promedio, 60% de los casos tuvieron resolución, ya sea por adopción, reintegro o a su familia biológica o extensa. También se observó como positivo el crecimiento del número de familias temporarias.
En 2020, atípico dada la pandemia, AVOME y todos sus programas siguieron trabajando, buscando adaptar la tarea a los protocolos tanto nacionales como provinciales en beneficio de los niños y niñas. Al día de hoy, han pasado por el programa 43 niños en 42 familias temporarias, considerando que en una familia había 2 hermanos. Y se pudieron concretar 22 adopciones y 2 reintegros a sus familias de origen o extensas. Esto fue gracias a la gran colaboración de las familias temporarias, que sumieron con gran responsabilidad esta situación tan particular, y al equipo de trabajo, que desde lo presencial y lo virtual pudo dar acompañamiento y no dejo de dar el seguimiento requerido para cada situación planteada.
Desde AVOME, el Programa de Familias Temporarias es un excelente dispositivo que ha podido compensar que niños y niñas no estén internados en una situación de macro o minihogar sino que puedan contar con la inclusión y contención personalizada de una familia que ha sido especialmente seleccionada para brindar el amor, el cobijo y la atención que todo niño y toda niña necesita, gran avance en su desarrollo y que se puede comprobar desde lo científico.
Fuente: Prensa Gobierno de Mendoza
