El Senado brasileño, en una sesión escandalosa, aprobó esta noche la reforma laboral, que flexibiliza la legislación vigente desde 1943, una propuesta que era uno de los objetivos del ajuste económico del presidente Michel Temer para combatir el desempleo.
La votación fue de 50 a 26 y 1 abstención, en una victoria que le da un respiro a Temer, quien antes de la sesión había dicho que "en un año el país avanzó más que en los últimos 20″.
La reforma deberá ser promulgada por el mandatario, quien obtuvo durante todo su año de gobierno el impulso de la Federación de las Industrias del Estado de San Pablo (FIESP) para la reforma de las leyes laborales, que datan de la época del presidente Getulio Vargas.La sesión fue escandalosa debido a que la mesa directora del Senado fue ocupada por cinco senadoras opositoras que obligaron a la suspensión por seis horas de los trabajos, en un reclamo por un artículo de la ley que flexibiliza el control del lugar de trabajo insalubre para las mujeres embarazadas y lactantes.
El presidente del Senado, el oficialista Eunicio Oliveira, les cortó el micrófono y apagó la luz del recinto. “Lo que aquí ocurrió es la destrucción del Estado social brasileño. El gobierno no festejó la votación, porque les da vergüenza. Para eso dieron el golpe y derrocaron a Dilma Rousseff”, dijo el jefe del bloque del opositor Partido de los Trabajadores, Lindbergh Farias.La nueva ley será promulgada por Temer, quien anticipó que vetará algunos artículos. Varios sindicatos afines al gobierno prometieron apoyo a Temer a cambio de que el vete el fin del impuesto sindical obligatorio en los recibos de sueldo.
Por Redacción