
El motivo de la prohibición de microondas en tierras niponas surgió de una investigación realizada por científicos de la Universidad de Hiroshima, quienes descubrieron que las ondas radioactivas causaban más daño a la salud de los ciudadanos durante los 20 años de uso del horno microondas que el bombardeo nuclear de aviones estadounidenses en septiembre de 1945.
 
            
 
		

 
	 


