Lo que ocurrió este fin de semana en el fútbol italiano fue una vergüenza. Pero, además de eso, desnuda la realidad del calcio en las divisiones inferiores y la urgencia por comenzar un cambio en las directrices de ese fútbol.
Sin sueldo desde agosto, imposibilitados a pagar los alquileres de sus casas y sin un futuro claro, muchos jugadores del Pro Piacenza se desvincularon del club norteño el pasado enero, en busca de nuevos equipos y de un trabajo regularmente compensado.
De esta manera, el Pro Piacenza, colista con ocho puntos y ganador de un solo partido en los últimos diez, saltó al campo de Cuneo con seis jugadores nacidos después de 2000 y un masajista. Uno de los jugadores actuó, oficialmente, también como entrenado.
Una situación increíble y pocas veces vista, tanto para el equipo "piacentino" como también para el Cuneo, que tras irse al descanso por delante 16-0, paró de apretar y concluyó el duelo con victoria 20-0.
"Es una vergüenza inaudita lo que pasó ayer en Cuneo. La humillación de los siete juveniles del Pro Piacenza es algo que no quiero volver a ver", afirmó este lunes Giancarlo Giorgetti, subsecretario para la Presidencia del Gobierno, con competencias en Deporte.
"20-0 es jugar con la dignidad de los demás. En las categorías profesionales no es admisible empezar un partido sin el equipo completo. Hay que cambiar las reglas. Cambiémoslas lo antes posible, porque si confiamos en el criterio de ‘directivos’ y ‘empresarios’ será cada vez peor", publicó Damiano Tommasi, que lleva años defendiendo la figura del futbolista.
Por redacción.-