Un atrayente proyecto comenzó en la comunidad del Este que posibilita la interacción de estudiantes de Psicología de la Universidad de Congreso y la sociedad; “El mono enjaulado”. En este caso, la Comunicación será el mediador entre ambos, donde se tratarán situaciones típicas de nuestras vidas. Esta semana el tema que se abordó, fue "la normalidad y su relación con la discapacidad", el mismo nos involucra a todos como sociedad.
La encuesta se publica en 2634 Diario, y esta semana se interiorizó en un nuevo tópico en el programa radial “El mono enjaulado”: "La normalidad y su relación con la Discapacidad", por radio Latinoamérica 102.9, y se llegó a la siguiente conclusión:
Cargamos con diversos prejuicios y estereotipos. Éstos nos hacen pensar en términos de “normalidad” y “anormalidad”. ¿Qué significa esto? Significa que hay un modelo impuesto de lo que es normal y aquello que no reúna esas condiciones es clasificado, automáticamente, como anormal.
Según la definición de discapacidad, una persona con esta condición tendrá dificultades para desarrollar tareas cotidianas y corrientes que al resto de los individuos no les resultan complicadas.
En nuestra cotidianidad usamos palabras como “normal” o “discapacidad” que son construcciones sociales. Esto quiere decir que fueron creadas por la sociedad misma, luego naturalizadas y finalmente aceptadas.
Cuando denominamos “diferentes” o “especiales” a aquellas personas que posean otras capacidades los estamos discriminando. Y así terminamos excluyéndolos o limitando su desarrollo en ciertos ámbitos como el trabajo y los estudios.
Una frase que leímos en nuestra investigación sobre el tema dice así: Lo normal es nuestra diversidad humana y lo “anormal” es no aceptarlo y actuar en consecuencia. Quizás el sistema capitalista en el que vivimos, los estereotipos que hablamos anteriormente o los modelos que se nos imponen socialmente son los motivos por lo que nos cuesta aceptar la diversidad, y miramos lo diferente como algo malo.
Es por esto que debemos hacer un llamado a la reflexión sobre este tema. Debemos despojarnos de los prejuicios y evaluar la mirada que tenemos hacia el otro. Entender que somos iguales en nuestras diferencias, debemos respetarnos y ayudarnos porque todos somos diferentes y todos poseemos capacidades diferentes, cada uno con sus propias limitaciones.
Además, a lo largo de la historia nuestra propia existencia ha querido demostrarnos que de nuestras limitaciones surgen genialidades. Algunos ejemplos son: Ludwig van Beethoven quien era sordo y sin embargo compuso maravillosas piezas musicales o Nick Vujicic, quien nació sin extremidades ha logrado hacer una carrera universitaria graduándose en Contabilidad y Planificación Financiera a los 21 años y más tarde se convirtió en orador motivacional, dando charla a jóvenes y adultos sobre diferentes temas.
Deberíamos cambiar nuestra forma de pensar, dejar de enfatizar en las limitaciones que las personas poseen y tratar, desde el lugar que podamos, de generar las condiciones para que puedan desarrollar sus potencialidades y particularidades. Para así realizar una verdadera inclusión de todos sin descalificar a nadie por poder, no poder o poder distinto. Como dijo la admirable Constanza Orbaiz: “especiales son las pizzas no las personas.”