El hombre de 63 años oriundo de Palmira y de profesión carpintero, fue visto por última vez el día martes cuando salió de su casa rumbo a San Roque, Maipú.
El caso del carpintero Sergio Salvador Lobo mantiene en vilo a los detectives policiales y judiciales mendocinos en vísperas de las fiestas de fin de año.
El hombre de 63 años salió el martes de su casa de Palmira, San Martín, para comprar un accesorio para su camioneta en San Roque, Maipú, y jamás volvió a ser visto.
En medio de la incertidumbre por su paradero, la Ford Ranger blanca en la que se movilizaba, y que utilizaba para trabajar, fue hallada en ese distrito maipucino en estado de abandono. Lo llamativo, es que al rodado le había realizado algunas modificaciones: le sacaron los estribos y le habían pintado las llantas.
Además, peritos de la Policía Científica detectaron que el vehículo tenía en el interior algunas manchas de sangre, por lo que se tomaron muestras para hacer un cotejo. Esos indicios encendieron las alarmas de las autoridades y provocaron que se intensificaran las labores investigativas.
La mira está puesta en un albañil, de 37 años -se reserva la identidad porque no está imputado ni con pedido de captura-, que había conocido Lobos hace unos días e hizo de intermediario para la transacción de la barra antivuelco que buscaba adquirir el hombre.
El único sospechoso que tiene la causa, no ha podido ser localizado y desde hace varias horas que no aparece en su domicilio. Pese a eso, la declaración de su pareja lo comprometió, ya que la mujer confirmó que su cónyuge estuvo circulando a bordo de la camioneta de Lobos y realizó llamativos movimientos antes de esfumarse.
Más allá todo eso, en la causa se originó un conflicto judicial y aún no está claro qué circunscripción judicial se iba a hacer cargo del expediente.
Si bien la denuncia de paradero se radicó en la Unidad Fiscal San Martín-La Colonia, que estuvo a cargo de las actuaciones efectuadas hasta la mañana de este jueves, los elementos apuntan a que el hombre desapareció en Maipú, es decir, en jurisdicción de la Primera Circunscripción judicial.
Por ese motivo, desde la Unidad Fiscal de Homicidios, que tiene de turno a Gustavo Pirrello, están atentos, pero consideraban que aún no les correspondía tomar intervención, sostuvieron fuentes consultadas.
Lo cierto es que, durante un allanamiento que hizo personal de Investigaciones la noche del miércoles en la vivienda del albañil sospechado, no se contó con la presencia de funcionarios judiciales y eso provocó malestar en las autoridades policiales a cargo del operativo.
En el medio, la familia de Lobos inició una búsqueda del hombre por sus propios medios y durante la mañana de este jueves estaban rastrillando las inmediaciones de calle Las Margaritas, donde vecinos lo habrían visto por última vez.
Limpieza profunda
Tras la denuncia de paradero, el primer nombre que aportaron los familiares de Lobos a los investigadores fue el del albañil oriundo del barrio Carril Viejo, San Roque.
Días atrás, el carpintero había estado trabajando en una obra en construcción y lo conoció. El obrero le comentó que conocía a un sujeto que estaba vendiendo una barra antivuelco de una Ford Ranger y el hombre se mostró interesado.
Posteriormente, siguieron en contacto y coordinaron para hacer la compra. El lunes, Lobo se dirigió en soledad hasta la casa del vendedor, en la zona de calle Las Margaritas, pero no lo encontró.
Por eso, el martes quedó de acuerdo para encontrarse con el albañil, quien lo iba a acompañar hasta el domicilio del hombre que vendía el accesorio para la camioneta. Fue así que en horas de la tarde de esa jornada, Lobos salió de su vivienda y jamás regresó.
Cuando los detectives de la Unidad Investigativa Departamental San Martín (UID) fueron a buscar al obrero, no lo encontraron en casa de la manzana B de la citada barriada. Pero tuvieron la oportunidad de entrevistar a su pareja.
La mujer relató que su cónyuge había llegado la noche del martes con una Ford Ranger blanca y le aseguró que la había comprado. Acto seguido, lavó la camioneta, limpió su ropa y también se bañó, movimientos que llamaron la atención de su pareja.
Tras eso, utilizó el rodado para dirigirse hasta Palmira, ya que tenía que ir a buscar a la hija de la mujer. Al día siguiente, tanto la camioneta como el hombre desaparecieron.
La Ford Ranger fue hallada la noche del miércoles a unos 500 metros de su casa, en estado de abandono, con modificaciones y salpicaduras de sangre.
Con esas pruebas, la principal hipótesis que manejan los investigadores es que Lobos pudo haber sido blanco de un hecho de inseguridad. Incluso, no descartan que hayan atentado contra su vida.