Calculan que dentro de cinco meses comenzará a estar funcionando en el suelo de Mendoza.
Mendoza ya gesta el cultivo de cannabis medicinal más grande de todo el continente. Estará ubicado en el departamento de Santa Rosa y, si obtiene los permisos necesarios, en cinco meses enterrará sus primeras semillas de la variante sativa en suelo provincial. Forma parte de una tendencia que crece cada vez más y que promete miles de puestos de trabajo.
El objetivo es 2023. Para el mes de abril de ese año, Ricardo Córica, abogado y presidente de la recién creada Cámara de Empresarios del Cannabis de Mendoza (Cecam), proyecta cosechar más de 240 mil plantas de cáñamo en su terreno de la zona este. La idea es cultivar 40 hectáreas, el doble de tamaño que las plantaciones de Estados Unidos y Canadá, dos de las potencias mundiales que tiene este rubro.
“Puede ser una industria muy grande la que se viene y que abra muchas oportunidades de trabajo. Es correcto decir que habría unos 16 empleados por hectárea, porque son cultivos con mano de obra híper intensiva, que no se pueden trabajar a máquina, la tecnificación que podés hacer es mínima”, explicó, didáctico, Córica a Diario UNO. “El INTA está haciendo ensayos en San Juan, que son muy importantes para entender cómo funcionarán los espacios y nosotros estamos aguardando a que termine de concretarse todo en el Ministerio de Economía local para empezar a plantar en septiembre”, completa.
Los actores de esta nueva industria son varios. En apenas unos meses desde que se sancionó la ley, reglamentada en marzo de este año, ya son 50 los empresarios ligados a la Cecam y estiman que habrá más incorporaciones en el corto plazo. Algunos departamentos en los que ya empieza a formarse el polo cannábico mendocino son San Martín, Rivadavia, San Carlos, La Paz y General Alvear. En todos ellos hay proyectos para hacer “jardines”, como se los conoce en el la industria.
Sobre el ambicioso proyecto de cuarenta hectáreas, la intendenta Flor Destéfanis aclaró a este diario que todavía no hay un pedido formal, aunque esperan poder avanzar pronto. “La idea es progresar en lo normativo para darle un buen marco legal. Los protocolos y los organismos de control son muy exigentes, y además el proyecto tiene que pasar por el Concejo Deliberante del departamento”, dijo desde Santa Rosa.
El boom cannábico
Mendoza espera un alto impacto económico a partir de esta industria. En Canadá y Estados Unidos, las compañías enmarcadas en ella cotizan en bolsa y producen una cifra cercana a los diez mil millones de dólares anuales, por lo que es esperanzador que exista tanto interés en avanzar sobre nuestro suelo. Esa fuerte intención se grafica en el hecho de que el jueves pasado iba a hacerse la primera reunión informativa de la Cecam en el auditorio Ángel Bustelo y debió aplazarse porque las solicitudes triplicaban la capacidad del lugar. Se recibieron más de 600 inscripciones, por lo que se dispuso trasladarlo al 6 de mayo.
Algunos de los emprendedores detrás del negocio vienen de la industria vitivinícola. “Ciertas condiciones de producción son menos riesgosas”, explican. Entre otras características, la provincia ofrece mucha amplitud lumínica (horas de sol) y baja humedad relativa a ambiente: “Por ejemplo, la helada, que te puede dejar sin cultivos en un día, con el cannabis no es problema, porque se siembra después de las últimas heladas, ya en primavera, y se cosecha en marzo o abril, antes de las primeras del año. Aunque sí hay que cuidarse del granizo, invirtiendo en mallas, en coberturas, que es uno de los costos más grandes que tendremos”.
Hacia dónde va Mendoza
Sólo en los próximos meses, la actividad podría demandar cientos o miles de trabajadores (dependiendo de la cantidad de proyectos que avancen) en las distintas fincas que se están formando. Como si fuera poco, las estimaciones hablan de 450 millones de dólares al año únicamente contando con el mercado argentino, aunque la intención de los productores es prepararse para la exportación, para lo cual los protocolos mendocinos deberán adecuarse a estándares internacionales respecto a la calidad del producto.
Además de esto, existe un proyecto para instalar en la provincia un laboratorio de principios activos medicinales y no sólo quedarse allí: los productores aseguran que el próximo paso es lograr los permisos y así cultivar cannabis con fines recreativos, un producto que no podrían vender en Argentina bajo la legislación actual, pero que sí podrían exportar a países que lo permiten. Para eso, deberían autorizarlos a plantar cannabis con alto contenido de la sustancia psicoactiva, el THC, algo que todavía está prohibido. Por ahora, a la espera de definiciones, los empresarios planean los pasos a seguir en estos cinco meses cruciales y difunden la actividad. Algunos ya preparan el jardín cannábico más grande del continente.
Fuente: Diario Uno