El trasplante combinado de corazón y riñón se realizó en el Hospital Central y duró 41 horas y participaron más de 40 personas.
El Hospital Central realizó su primer trasplante combinado de corazón y riñón y se transformó en el primero del sistema público de Mendoza en concretarlo. Se trata de una intervención compleja, ya que requiere de una meticulosa logística y de la intervención de más de 40 personas de diversos servicios del centro asistencial.
De este modo, la institución ya efectuó cinco trasplantes de corazón y es uno de los seis hospitales estatales de Argentina que puede hacerlo. Asimismo, cuenta con una gran trayectoria en procedimientos de tipo renal, desde trasplantes con donante vivo al uso de nuevas tecnologías mínimamente invasivas.
El paciente intervenido exitosamente tiene 50 años y es oriundo de Guaymallén. Presentaba una miocardiopatía dilatada de origen idiopático que le ocasionó una insuficiencia renal. Esto hizo que su estado de salud se deteriorara de forma drástica y le causara complicaciones de todo tipo.
Por ello, se decidió la intervención en marzo pasado, una vez que el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) informó que estaban disponibles los órganos, en Río Negro. El procedimiento fue muy complejo, duró 41 horas e involucró a más de 40 personas.
Al respecto, el jefe del Departamento de Enfermedades Cardiovasculares del Hospital Central y subjefe de Trasplante Cardíaco, cardiocirujano Walter Ferrara, señaló: “El procedimiento involucró a médicos cirujanos cardiovasculares, cardiólogos, anestesistas, urólogos y nefrólogos; también, instrumentadoras, técnicos en anestesia, kinesiólogos, enfermeros y todo el personal de apoyo de las demás especialidades médicas que se necesitó. Hay que destacar que este hospital público viene creciendo, ya que los profesionales están muy bien entrenados y son muy capaces, además de estar muy bien equipado en alta complejidad”.
Procedimiento complejo
La insuficiencia cardíaca del paciente le imposibilitaba trabajar y en algunos casos le costaba hasta respirar, al punto de necesitar apoyo de oxígeno. Por otra parte, tuvo que recibir diálisis diaria, porque sus riñones ya no trabajaban de forma correcta.
Para la operación se conformaron dos equipos: uno, a cargo de la ablación, y el otro, del trasplante. Ferrara lideró el primero y a las 2 de la madrugada estaba subiéndose a un avión rumbo al Sur, a las 4 estaba en Viedma y a las 5 inició la ablación. “A las 9 ya estaba con el corazón y el riñón en Mendoza; empezamos a esa hora a hacer la intervención y terminamos a las 17”, detalló.
Como en todo trasplante, remarcan que es de vital importancia una organización casi cronometrada, por lo que se coordina con equipos de otros lugares del país que van a buscar otros órganos y tenían que encontrarse a la misma hora.
Sergio Felici, cirujano cardiovascular y jefe del Programa de Trasplante Cardíaco, también participó en la operación. Remarcó que “la complejidad reside en que se trata de dos trasplantes en un mismo paciente. El corazón necesita ser trasplantado dentro de las cuatro horas, mientras que el riñón puede esperar 24”.
Además, agregó que la primera etapa requirió seis horas y la segunda cuatro, por lo que el paciente estuvo 12 horas en el quirófano. El profesional indicó que “este tipo de intervenciones, combinada cardiorrenal, es poco frecuente: alrededor de 2% de los trasplantes cardíacos incluyen el segundo”.
Fuente: Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes.