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Las prolongadas lluvias en el extremo norte de Chile dejaron al menos 6personas muertas, un centenar de casas destruidas, minas paralizadas y cortes de rutas y agua potable, informó la Oficina Nacional de Emergencia.

El presidente Sebastián Piñera interrumpió sus vacaciones y por la tarde visitó Calama, 1.600 kilómetros al norte de Santiago, y declaró zona de catástrofe El Loa, provincia a la que pertenece Calama, que en tres horas recibió 12 milímetros de precipitación, lo que llueve en dos años, ocasionando graves daños.

La declaración de catástrofe implicó que desde ahora un general de ejército quedó a cargo del orden público y de coordinar las faenas de todos los organismo públicos.

Antes del diluvio del jueves, Calama, ubicada en la región de Antofagasta, sufría un prolongado corte de agua potable debido a los desastres ocasionados por las inundaciones mientras desde Arica, 2.000 kilómetros al norte, el tránsito por la ruta que une todo el país era interrumpido periódicamente por las condiciones meteorológicas.

La Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) indicó que desde la intensificación de las lluvias hace una semana a causa del fenómeno climático conocido como invierno altiplánico, se han contabilizado seis muertos, un centenar de viviendas destruidas y 140 con daños mayores.

Decenas de poblados quedaron aislados por la crecida de quebradas y cortes de caminos y son abastecidos de alimentos y agua potable por aviones de la fuerza aérea.

En la región de Antofagasta, dos de las divisiones de la gigante mundial de cobre Codelco cerraron luego de que la acumulación de agua en una de ellas hizo colapsar un techo ligero sobre un centenar de trabajadores, sin que se registraran heridos. No se entregaron estimaciones de pérdidas económicas por la paralización del trabajo.
También suspendió preventivamente sus tareas la minera El Abra, filial de la estadounidense Freeport-McMoRan.

Mientras el norte experimenta intensas lluvias, tres regiones del centro-sur chileno enfrentan gigantescos incendios forestales que han consumido más de 30.000 hectáreas de bosques, arbustos y pastizales desde julio de 2018.

Fuente: Diario Los Andes.