Los docentes y no docentes de la escuela albergue 4-254 “Si nombre” de Arroyito, deben hacer una travesía cada semana para llegar a dar clases. La institución se encuentra a 105 kilómetros al norte de Las Catitas, por calle Guiñazú. Allí funciona primaria y secundaria alternándose semana por media.
Los alumnos -quienes vienen de puestos de Las Catitas, El Fuerzudo y hasta de San Luis- entran los martes y salen los domingo al mediodía. De esta forma, toman sus clases a partir del miércoles desde las 7 hasta las 21. En el establecimiento no hay agua potable, el servicio se abastece gracias a la Municipalidad de La Paz, que si bien no es de su jurisdicción, les lleva agua semanalmente.
Fabian Rodriguez, un docente que semana a semana va a enseñar a sus alumnos, relató a 2634 lo difícil que es llegar al establecimiento, sobre todo luego de una lluvia: “Para llegar al lugar se ingresa por ruta 153 norte o calle Guñazú, son 75 kilómetros de enripiado y 35 de tierra, que tiene poco mantenimiento de Vialidad. En la parte enripiada se hacen serruchos y cuando llueve se hacen cortadas. Es una odisea ingresar, lo hacemos con gusto pero a veces se torna peligroso”.
Ayer comenzaron a circular por las redes sociales videos y fotos de cómo los autos particulares de los docentes quedan enterrados en el barro y las peripecias de deben hacer para finalmente llegar a cumplir su función.
“El martes deberían haber entrado profesores y alumnos pero se decidió suspenderlo por la lluvia, recién entramos el jueves pero realmente fue una odisea”, destacó el profesor.
“Las mujeres que se ven en las fotos son las cocineras, si ellas no entran no come nadie, por eso hicieron hasta lo imposible para llegar. En los videos se ven profesores. Hay que tener mucha muñeca para manejar ahí, es todo una aventura que en otra circunstancias estaría buena pero no en estas condiciones”, relató.
“Si en esos 100 kilómetros de calle nos pasa algo nos quedamos varados porque no hay forma de pedir auxilio, a 20 kilómetros se acaba la comunicación telefónica. Quedamos a la buena de Dios si se nos rompe el auto o nos quedamos enterrados”.
Ante este reclamo, 2634 se comunicó con Jorge García Salazar, delegado en la Zona Este de Vialidad Nacional, quién explicó que desde el lunes se está trabajando en el lugar pero que el suelo tiene características muy difíciles de trabajar: “Son 105 kilómetros desde Santa Rosa a Arroyito, estamos trabajando desde el lunes y recién llevamos 30 kilómetros por la complejidad del camino. En dos semanas estaremos llegando a Arroyito”.
”El suelo en ese lugar es arenoso y arcilloso, cuando llueve la arcilla se hace impermeable y cuando no llueve se transforma en un serrucho. Las condiciones de su conservación es dificultosa en situaciones de extrema humedad o de extrema sequedad. Sumado a esto, 25 kilómetros antes de llegar a Arroyito el suelo es natural, cuando llueve se transforma en un fango y no se puede trabajar porque las máquinas son muy pesadas”.
“La gente debe circular con extrema precaución a no más de 40 kilómetros por hora para no correr riesgo de accidente. Son rutas complejas. Nosotros tratamos de sostener la transitabilidad. Darle una mejor calidad de camino sería asfaltarlo y no está, por el momento, prevista una inversión de esa naturaleza en esa zona”, detalló el funcionario.
Por redacción.