Si bien algunos especialistas señalan que se acerca el final de los tiempos de pandemia, las ganas de celebrar y descorchar algún vino para festejar puede llegar a tener algún problema. Esta vez no será por restricciones, sino por un problema de corte productivo que llega desde las bodegas de Mendoza: faltan botellas para envasar vinos, y justo cuando empiezan a habilitarse las reuniones y los festejos escaseará el stock en las góndolas, que plantean un escenario probable de suba en los precios.
También explicó que los cambios de hábitos provocados por la pandemia “llevaron al mundo aun mayor consumo de bebidas alcohólicas”, lo que acrecentó la problemática alrededor del faltante de vidrio para envasar.
“Estamos enfrentando un problema complejo y adicionalmente agravado por situaciones vinculados a una contingencia. Los cambios de hábitos de consumo, que se generaron durante la pandemia en el mundo, llevaron a un consumo mayor de bebidas alcohólicas y tipos de alimentos envasados. Esto generó un fuerte incremento de la venta de vidrio, particularmente en la provincia”, explicó Sergio Moralejo.
En ese sentido, el funcionario remarcó que esta situación se agravó por el incendio de la principal fábrica de botellas de Mendoza: “Hemos tenido la desgracia de que la principal proveedora de botellas, una fábrica en Guaymallén, sufrió un incendio. Esta situación es sumamente compleja para el suministro. Frente a esto, la industria vitivinícola, que suele consumir más o menos 900 mil millones de botellas al año, no solo está en alerta, sino que este faltante se suma al que también se produce con contenedores”.
Moralejo alertó que este panorama genera una complicación doble para Mendoza: “Por un lado tenemos una macro economía complicada y, por otro, una complicación de mercado. Ponemos en riesgo mercados ganados en exportaciones y por otro lado necesitamos embotellar. Frente a esto, la primera alternativa es que rápidamente la fábrica local -que genera empleo en Mendoza y suma valor agregado- se pueda poner rápidamente en plena actividad”.
En tanto, el subsecretario de Agricultura y Ganadería reconoció que ya existió un contacto con las autoridades nacionales para solicitarles una baja en el arancel de importación, con el objetivo de no desestabilizar al sector: “Le solicitamos al Gobierno Nacional que para esta emergencia se baje el arancel de importación, que actualmente es del 10%, más la tasa estadística que sumaría un 13%. Eso permitiría la importación de botellas para no perder las líneas de producción dentro de la provincia. Es un riesgo importante si no se logra tener botellas en un tiempo razonable”.
Por redacción